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- Consulta – Golpe de calor
Piel roja caliente y seca (se agota la transpiración) Respiración y frecuencia cardiaca acelerada. Dolor palpitante de cabeza. Alteración del estado mental y del comportamiento como: vértigos, mareos desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento.
Un golpe de calor puede estar provocado por: - Exposición excesiva al calor ambiental. - Práctica de esfuerzo físico a altas temperaturas
En la insolación la piel suele presentarse enrojecida y sudorosa, mientras que en el golpe de calor la piel suele aparecer seca, caliente y enrojecida.
Avisar en caso de accidente. No abandonar en ningún caso a la persona afectada. Se debe trasladar a la persona a un lugar con sombra y que esté fresco o ventilado. Colocarla en posición semisentada con la cabeza elevada, para que pueda respirar bien. Debemos bajar la temperatura corporal, aflojando su ropa, abanicándola o usando un ventilador y colocando compresas de agua fría sobre la cabeza, frente y nuca. Si la persona sufre convulsiones, no intentar bloquearlo, ya que al ser movimientos musculares incontrolados debido a un fallo en el sistema nervioso, se podrían producir lesiones importantes. Es conveniente colocar algún objeto blando (ropa, cojín, etc.) bajo su cabeza para que no se golpee contra el suelo. Si está consciente, ayudarle a beber sorbos pequeños de agua fresca, para rehidratarse y bajar la temperatura corporal. No se aconseja beber demasiada agua de forma brusca, ya que podría ser contraproducente. En cuanto haya mejoría, lo más adecuado es acudir a urgencias.
Evitar la exposición prolongada al sol. Usar siempre fotoprotección frente a las radiaciones solares. No realizar actividad física entre las 12 y las 16 horas. Vestir ropa holgada, fresca y de colores claros y usar gorros o sombreros. Hidratarse regularmente con líquidos y alimentos adecuados. Caminar por la sombra. Buscar lugares frescos. No dejar nunca a nadie dentro de un coche estacionado. Dejar el vehículo estacionado a la sombra. Airear el vehículo antes de subirse a éste. Reducir el exceso de temperatura en los centros y favorecer la ventilación natural o con ventiladores. Debemos tener especial cuidado con el trabajo que se esté realizando, ya que las consecuencias pueden ser mayores: trabajos al aire libre, en solitario, trabajos en altura (escaleras, andamios...), conducción de vehículos, uso de maquinaria (por ejemplo: radial, equipos de soldadura...).
La exposición a altas temperaturas aumenta la probabilidad de tener accidentes de trabajo, puede agravar dolencias previas, y puede causar importantes daños para la salud. El agotamiento por calor puede desembocar en golpe de calor. El golpe de calor si no se trata puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. El daño empeora cuanto más se retrasa el tratamiento, aumentando el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.
Condición física. Antecedentes médicos. Ingesta de medicamentos. Consumo de sustancias o exceso de cafeína. Sobrepeso. Edad avanzada. Falta de descanso tras la jornada laboral. Alteraciones del sistema nervioso central.
Generalmete, los golpes de calor no duran más de 6 horas. Si se prolongan durante más de una pueden causar graves problemas de salud.
Si no se tratan, pueden alargarse durante 24 horas y causar la muerte de la persona.
Agotamiento, cansancio o debilidad. Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos. Dolores de cabeza. Irritabilidad.
Algunos alimentos que van a contribuir a hidratarnos son: sandia, pepino, manzana, piminetos verdes, piña
La hidratación debe ser con agua fresca, no con agua extremadamente fría. Duchas frecuentes, pero nunca a temperatura muy fría. Si se desea una ducha fresca, es preferible empezar con agua templada e ir bajándola progresivamente. Extremar las precauciones en personas con problemas cardiovasculares, que tienen un mayor riesgo de sufrir un shock.
En caso que se emita por la Agencia Estatal de Meteorología o el órgano autonómico correspondiente (Comunidades Autónomas que cuenten con dicho servicio), un aviso de fenómenos meteorológicos adversos de nivel naranja o rojo, y las medidas preventivas establecidas no garanticen la protección de las personas trabajadoras, será obligatoria la adaptación de las condiciones de trabajo, incluida la reducción o modificación de las horas de desarrollo de la jornada prevista.